Te damos una primicia: no existe la vida sin problemas. Cuando te va bien en el trabajo fallás en el amor, si conseguiste novio se enferma un familiar cercano; y cuando todo parece funcionar divinamente te subís a la balanza y resulta que la felicidad te hizo engordar seis kilos.
O sea: siempre hay que resolver algún tema. Pero existe la posibilidad de hacerlo de la mejor manera posible. ¿Pensás que no? Hicimos un listado con los principales obstáculos que pueden amenazar tu vida, y te damos algunos consejos para superarlos.
“Mi colega fue ascendida y yo no”
La mejor forma de controlar la situación es demostrarle a tu jefe que también merecés un ascenso. “El centro de todo es tu cabeza: debés entender que la responsable de tu carrera sos vos, y no tu colega. Encargate de mostrar el valor agregado que le podés dar a la organización”. Asegura la psicóloga Andrea Churba, coach de empresas y creadora del modelo Business Therapy para el desarrollo de organizaciones y líderes. Un consejo: anotá los objetivos que te fueron propuestos y explicale a tu jefe cómo los alcanzaste (o superaste). Y no trates mal a tu colega: eso es visto como un comportamiento mezquino y puede jugarte en contra.
“Siempre me piden que me quede después de hora”
¿No será que vos creaste las condiciones para que esa injusticia recaiga sobre tus hombros? Es fundamental que te vean involucrada, pero si te mostrás demasiado disponible eso ya no es productivo: sos un blanco fácil para los abusos y además puede hacerte ver como poco profesional. “tenemos que aprender a decir NO cuando el trabajo supera nuestros límites de tiempo, capacidad y energía. A veces aceptan responsabilidades de más pensando en un potencial ascenso, pero es fundamental reconocer cuándo no podemos con todo”, afirma la coach personal y capacitadora empresarial Ana Andreade. ¿Cómo hacer para ponerles límite a tus horas extra? Mostrale a tu jefe que, igual que el resto de tus colegas, tenés una vida fuera de la empresa. Probácon esto: “Le pido disculpas, pero hoy me va a ser imposible quedarme. Tengo un compromiso impostergable. Quizá podamos encontrar otra solución”.
FAMILIA
“Mi papa tiene una enfermedad grave”
Lisiar con las dolencias de un familiar próximo no es fácil. Pero una vez superado el shock de la noticia, lo mejor que podés hacer es mantener la compostura. “Es importante intentar guardar la calma y desahogar la angustia con algunas personas ajenas a la familia, como una amiga cercana o un profesional. Además, hay que autopreservarse y ayudar a preservar al grupo familiar. No vas a ser de gran ayuda para tu papá si terminás enferma vos también”, asegura la psicóloga Mercedes Garan.
En vez de concentrarte en el problema (aliviar la enfermedad es responsabilidad de los médicos, no tuya) concéntrate en la resolución de los pequeños obstáculos que aparecen en la vida cotidiana. ¿Hay que hacer una interconsulta? ¿Son necesarios más cuidados médicos? ¿Dónde conseguirlos? Recordá que tan importante como intentar ayudar es seguir adelante con tu vida. No resignes las salidas con tus amigas o con tu novio: renuevan tus fuerzas.
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