sábado, 12 de noviembre de 2011

Como repartir las tareas del hogar en la pareja



Uno de los temas más conflictivos de la pareja es la división de los quehaceres domésticos. Evolucionamos, pero la cuestión todavía genera discusiones.
Claves para lograr una distribución justa.
Eran
otras las épocas en las que la mujer estaba obligada por el destino social a quedarse en la casa y ocuparse de las tareas domesticas. Hoy, gracias a la bienvenida conquista femenina en el terreno laboral, la cuestión se ha relativizado, aunque nunca tanto. La realidad es que, en la mayoría de los casos. Son ellas las que siguen teniendo jornada doble completa: una en su trabajo y otra en la casa. ¿Ellos? Dicen que colaboran mas, que son modernos y copados, pero su actividad se reduce a tareas mínimas. La pregunta entonces es, ¿Cómo hacer para lograr una plena división de cuestiones domesticas en la pareja? ¿Es posible llegar a un acuerdo y mantener un cierto equilibrio?




“Trabajo todo el día, cuando llego a casa hay que tender las camas, hacer la comida y poner el lavarropas. Me ayuda una señora dos veces por semana. Mi marido dice que esta agotado, lava los platos para sacarse la culpa y después mira la tele o sale a correr”, cuenta una mujer que esta casada hace mas de 10 años y tiene dos hijos pequeños.
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Un estudio realizado en Argentina, en el que se indago a mil personas sobre los hábitos, las opiniones y las actitudes de los argentinos en relación con la vida en pareja, revelo que los hombres no colaboran más que antes en los quehaceres del hogar. Es decir que si bien las mujeres aumentaron las horas en la oficina, no lograron restar tiempo de trabajo en la casa.
Los expertos son taxativos en este asunto, una psicóloga de Hemera, Centro de Estudios del Estrés y la Ansiedad, explica que “si el fue un malcriado por la madre, la mujer no debe seguir malcriándolo también. Así como ellas salieron al mundo laboral, los hombres deben entrar al mundo domestico. Esto se puede explicar con palabras, observar como se manejan otras parejas amigas o bien proponer por una semana un cambio de roles. Ahora bien, es importante que la mujer tenga la suficiente tolerancia para que, al momento de pedirle a su marido que haga determinada cosa, no lo critique. Así lo desautoriza y lo desalienta”-
Es como cuando una esposa le dice a su pareja si puede vestir al chiquitito. El papa aparece feliz con el nene hecho un desastre y la madre le dice, sin meditar un segundo, “¡eso le pusiste¡”. Es lo peor que se puede hacer, es decir, que si le pide que haga algo, conviene agradecer primero, después habrá tiempo para dar una opinión.  

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