sábado, 19 de noviembre de 2011

La muerte viaja en barco


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Este es un tema de suma importancia pero muy cerio por eso como es costumbre voy a equilibrar la seriedad con el placer.


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Los países del llamado primer mundo parecen considerar a todo el Planeta de su exclusiva propiedad y dividido en regiones de distinta categoría. Desde luego, ellos se ubican en aquellas que califican de primera y al resto solamente las consideran como su “patio trasero”. Este concepto aplicado en términos de política económica se traduce en las impagables deudas externas que pesan sobre las naciones emergentes y sus injustas consecuencias para la vida de millones de seres humanos, por ejemplo.
Pero la desaprensión de los poderosos no termina allí. El agujero en la capa de ozono, el precalentamiento global, la tala indiscriminada de arboles, la contaminación de las aguas… la lista de atropellos es extensa y tenebrosa. Aunque quizás la manipulación de elementos radiactivos sea de todas la más irresponsable y letal.


Esgrimiendo argumentos sobre desarrollo energético y avances tecnológicos hicieron su aparición en la faz de la tierra las empresas nucleares y sus reactores. Mas allá del riesgo que implica para quienes viven próximos a donde están instalados –basta recordar Chernóbil-, producen peligrosísimos deshechos que transportan impunemente por los mares del mundo.
Un acuerdo peligroso
Existen un acuerdo secreto entre empresas de Francia, Japón y el Reino Unido para transportar cargamentos de plutonio y desechos nucleares por el mar del Caribe y el Atlántico Sur que harán de esas aguas una ruta frecuente para el traslado de materiales altamente peligrosos.
La idea es que los japoneses envíen el combustible nuclear irradiado desde sus reactores de energía a las plantas reprocesadoras de Francia y Gran Bretaña. Allí se lo someterá a un tratamiento químico para obtener plutonio y uranio que será reenviado a Japón. De hecho, mientras los gobiernos dirimen sobre la legalidad y los alcances de este programa, ya se han realizado varios embarques. Es importante aclarar que el plutonio es uno de los elementos mas radio tóxicos que se conocen y que la inhalación de una partícula puede causar un cáncer fulminante de pulmón. El escape de uno de esos cargamentos crearía un desastre ambiental de tal magnitud, que su poder contaminante tendría influencia por decenas de miles de años.
Los especialistas sostienen que el diseño inadecuado, la comprobación y construcción de los contenedores de transporte, los materiales débiles, el insuficiente planeamiento de emergencias y la falta de cobertura en materia de responsabilidad por parte de los gobiernos involucrados, quienes están mas interesados en obtener ganancias al mas bajo costo que en cualquiera otra cuestión, plantean un serio y preocupante riesgo para las naciones que se encuentran a lo largo de esa ruta marítima, una verdadera “vía mortal”.
Éramos pocos…
No hay que dejar de contemplar, además, otros factores que se encontraran en peligro, porque no solamente el transporte es altamente peligroso.
fotoLas plantas de reprocesamiento,  como parte de sus operaciones habituales, vierten cientos de millones de litros de desechos nucleares al océano.


Estos residuos también han entrado en las vías acuáticas terrestres y los gases provenientes de los tubos de escape de las plantas ya han ocasionado una importante contaminación ambiental. Además, en lo alrededores de donde están emplazadas se han detectado mayores niveles de cáncer, en particular leucemia infantil.
A todas estas calamidades habrá que sumarle que uno de los principales usos del plutonio es la fabricación de armamentos. Es decir que en este oscuro negocio no solo la salud, también, la paz del mundo esta en juego.

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